¡Hola amigos! Hoy quiero compartir con ustedes una experiencia inolvidable que tuve recientemente en el hermoso Rio Santo Domingo, en San Francisco, Antioquia. Fue una jornada llena de emociones, risas y, por supuesto, ¡grandes capturas de sabaleta!
La invitación a esta aventura llegó de la mano de mi buen amigo Felipe, un apasionado pescador que conocía todos los rincones mágicos de este río. Desde el momento en que acepté la invitación, sabía que estaba a punto de embarcarme en una experiencia única.
Nos lanzamos a la aventura con la firme convicción de que usaríamos señuelos sería clave para nuestro éxito. Entre los elegidos para la jornada estaban el Caperlan Barn 40, la Rapala Countdown y otros señuelos pequeños que conocíamos que eran irresistibles para la sabaleta.
Arrojamos nuestras líneas con la esperanza de sentir la vibración característica de una sabaleta en el anzuelo. Cada lanzamiento era una oportunidad, y la paciencia era nuestra mejor aliada. A medida que avanzaba la mañana, empezamos a notar la actividad en el agua. Las sabaletas no se hicieron esperar.
Fue emocionante sentir la pelea en cada captura, y las risas y exclamaciones de alegría resonaban a lo largo del río. La diversidad de señuelos demostró ser efectiva, y la sabaleta parecía tener debilidad por el Barn 40 y la irresistible acción de hundimiento de la Rapala Countdown.
Entre lanzamientos y anécdotas compartidas, el día pasó volando. Nos sorprendió la cantidad de sabaletas que conseguimos, y cada una era un trofeo en sí misma. Además de la pesca exitosa, la belleza natural del entorno nos recordó por qué amamos tanto este deporte.
Al final del día, con el sol poniéndose en el horizonte, nos dimos cuenta de que esta aventura en el Rio Santo Domingo no solo fue sobre la pesca, sino también sobre la amistad y la conexión con la naturaleza. Agradezco a mi amigo Felipe por compartir este rincón especial conmigo y por hacer de este día una experiencia inolvidable.
Si alguna vez tienen la oportunidad de pescar sabaleta en el Rio Santo Domingo, no duden en hacerlo. La combinación de la emoción de la pesca y la serenidad del entorno hará que sea una jornada para recordar. ¡Buena pesca, amigos!
